Arroces dorados y consensos científicos

Carmelo Ruiz | 07.15.2016

El artículo original se puede encontrar aquí.

“¡Se acabó el debate sobre los transgénicos! Los activistas alarmistas perdieron y la ciencia ganó.” Tal es la impresión que dio el artículo del periodista Joel Achenbach publicado por el periódico estadounidense Washington Post el pasado 30 de junio, en el que se informa que 107 premios Nobel se suscribieron a una carta abierta que ataca a la organización ambientalista Greenpeace por su oposición a los cultivos transgénicos. (1)

La carta específicamente defiende el llamado ‘arroz dorado’ transgénico alto en vitamina A, que según los partidarios de la biotecnología transgénica es necesario para aliviar el sufrimiento de millones de personas en Asia que sufren de deficiencia de ese nutriente (2). La misiva da a entender que si los pobres y hambrientos del mundo no tienen acceso a este arroz milagroso es debido a la oposición de Greenpeace.

“Somos científicos. Nosotros entendemos la lógica de la ciencia. Es fácil ver que lo que hace Greenpeace es dañino y anti-ciencia… Es una manera para ellos recaudar dinero para su causa”, dijo al Washington Post el científico Richard Roberts, ganador del Nobel de medicina de 1993 y principal responsable de la carta y su difusión a los medios.

En su artículo el reportero Achenbach afirma que el consenso entre científicos es que los organismos transgénicos (genéticamente alterados) no presentan riesgos novedosos, y alude a un informe sobre el tema de la Academia Nacional de las Ciencias de Estados Unidos publicado el pasado mes de mayo (3). El reportaje del Post reconoce que Greenpeace no está solo en su oposición a los transgénicos pero no menciona quién más está en la oposición, y define el debate como uno entre “científicos mainstream y activistas”.

Pero no todos los científicos y expertos están impresionados con la carta. “La carta de los laureados depende para su impacto enteramente sobre la supuesta autoridad de sus firmantes. Desafortunadamente ninguno parece tener el peritaje relevante”, dice Claire Robinson, de la organización no gubernamental británica GM Watch. (4)

El profesor de estadísticas Philip Stark, decano asociado de matemáticas y ciencias físicas de la Universidad de California, cuestionó si realmente los premios Nobel suscritos a la carta abierta tienen algún expertise real sobre agricultura: “Un premio (Nobel) de la paz, ocho economistas, 24 físicos, 33 químicos, 41 doctores”. Puntualizó que la ciencia se fundamenta “sobre evidencia, no autoridad. ¿Qué saben de agricultura? ¿Han hecho investigación relevante? La ciencia se supone que sea ‘enséñame’, no ‘confía en mí’… premio Nobel o no.”

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El antropólogo Devon G. Peña, de la Universidad del Estado de Washington, experto en agriculturas indígenas, consideró la carta “una vergüenza”. Los firmantes son “mayormente hombres blancos de privilegio con poco trasfondo en ciencia de riesgo, pocos con trasfondo en estudios toxicológicos, y ciertamente ninguno con conocimiento sobre alternativas indígenas agroecológicas.” (5)

Al declarar, como si fuera un hecho, que hay consenso científico en pro de los transgénicos, el artículo del Post ignora otra declaración de científicos en torno al tema, emitida en 2014. El documento, producido por la Red Europea de Científicos por la Responsabilidad Social y Ambiental (ENSSER), establece de manera categórica, con referencias científicas, que NO existe consenso científico en torno a la inocuidad de los productos transgénicos. Citamos:

“Como científicos, médicos, académicos y expertos en disciplinas relevantes para la evaluación de los aspectos científicos, legales, sociales y de seguridad de los organismos genéticamente modificados (OGMs), rechazamos enérgicamente las afirmaciones hechas por aquellos que desarrollan las semillas GM y algunos científicos, comentaristas y periodistas quienes concluyen la existencia de un ‘consenso científico’ sobre la seguridad de los OGMs, y que el debate en torno a esta cuestión está ‘cerrado’.

Consideramos que es apremiante desmentir dichas afirmaciones porque el pretendido consenso sobre la seguridad de los OGMs no existe. Afirmar lo contrario es engañoso y no representa de forma adecuada ni la evidencia científica actual ni la amplia diversidad de opiniones entre los científicos sobre esta materia. Además, estas declaraciones fomentan un clima de complacencia que puede llevar a una falta de rigor y de la cautela necesaria en el ámbito regulatorio y científico, potencialmente poniendo en peligro la salud de las personas, animales y el medio ambiente.” (6)

Actualmente la declaración ha sido firmada por sobre 300 científicos reconocidos.

En cuanto a alternativas al ‘arroz dorado’ y los transgénicos en general, Greenpeace y los proponentes de la agroecología han disertado extensamente por años.

Según Silvia Ribeiro, del Grupo ETC, “Vegetales comunes como la zanahoria, col, espinaca y muchos tipos de quelites –hierbas comestibles comunes que acompañan la siembra campesina y las culturas culinarias tradicionales– aportan mucho más vitamina A que ese arroz, sin efectos secundarios y sin pagar a trasnacionales.” (7)

En su respuesta a la carta abierta del 30 de junio, Greenpeace declaró:

“La única solución que garantiza acabar con la desnutrición es una dieta variada y saludable. Proveer a las personas con comida basada en la agricultura ecológica no solo atiende a la desnutrición, sino que también es una solución escalable para adaptarse al cambio climático.

Hemos documentado diferentes comunidades en Filipinas que siguen expresando 

su preocupación sobre el uso del ‘arroz dorado’ como una solución. Es irresponsable imponer el arroz transgénico ‘dorado’ como un remedio rápido para las personas que padecen estos problemas y que no quieren esta solución, sobre todo cuando existen opciones seguras y efectivas disponibles.

Greenpeace Filipinas está trabajando con otras ONG aliadas y agricultores para impulsar la resiliencia climática. Existe la oportunidad para que los gobiernos y las comunidades filantrópicas apoyen estos esfuerzos mediante la inversión en agricultura ecológica y resiliente al clima, y a través del empoderamiento de los agricultores para acceder a una dieta equilibrada y nutritiva en lugar de seguir apostándole al arroz ‘dorado’.” (8)

Los proponentes de los transgénicos proclaman con regularidad que tal o cual informe científico o declaración de expertos pone fin al debate, y se declaran ganadores. Pero los cuestionamientos continúan.


NOTAS:

1) https://www.washingtonpost.com/news/speaking-of-science/wp/2016/06/29/more-than-100-nobel-laureates-take-on-greenpeace-over-gmo-stance/

2) http://supportprecisionagriculture.org/nobel-laureate-gmo-letter_rjr.html

3) http://www.nap.edu/catalog/23395/genetically-engineered-crops-experiences-and-prospects

4) http://www.gmwatch.org/news/latest-news/17077

5) http://ejfood.blogspot.com/2016/07/gmwoes-ghostbusters-gmos-and-feigned_2.html

6)http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/No_hay_consenso_cientifico_sobre_la_seguridad_de_los_OMGs

7) http://www.jornada.unam.mx/2016/07/05/opinion/016a2pol

8) http://www.greenpeace.org/mexico/es/Noticias/2016/Junio/Respuesta-de-Greenpeace-frente-a-la-carta-de-premios-Nobel-pidiendo-que-revise-su–postura-respecto-al-arroz-dorado/


Ruiz Marrero es autor y periodista puertorriqueño. Dirige el Blog de Bioseguridad y el Monitor de Energía y Ambiente de América Latina, y es autor del libro El Gran Juego de Ajedrez Botánico, publicado en 2015 por la Editorial Tiempo Nuevo. Su más reciente proyecto bloguístico es El Mundo Según Carmelo. Su cuenta de Twitter es @carmeloruiz.