Consumidores Bolivianos NO a los Transgénicos

| 03.20.2015

Consumidores Bolivianos se Declaran en Oposición a los Transgénicos

Pronunciamiento: Colectivo de consumidores

Somos un colectivo de activistas, asociaciones, movimientos de jóvenes, de mujeres, instituciones, organizaciones de la sociedad civil, entre otros (VSF, Revolución de la Cuchara, Casa de los Ningunos, Convivium Slow Food Bolivia, AOPEB, Pacto Mundial Consciente, Red Verde, Asociación Comuna) que trabaja desde diferentes campos y enfoques el objetivo común de construir una red de consumo responsable, mediante fomento a pequeños y medianos productores, a través del consumo de alimentos sanos, naturales,  ecológicos, y diversos. En este sentido y ante las voces que alertan sobre la posible reapertura del debate sobre cultivos Transgénicos en la Cumbre Agropecuaria, a desarrollarse este 26 y 27 de marzo en la ciudad de Santa Cruz, planteamos nuestra posición.

Tomando en cuenta que pese a existir en nuestro país una legislación orientada hacia la prohibición de la producción, importación, distribución y comercialización de Transgénicos, así como dictan:

  • El Artículo 255 de la Constitución Política del Estado (CPE) que prohíbe toda forma de producción, importación, y comercialización de OGM.
  • La Resolución Administrativa VRNMA Nº 135/05 que libera al maíz de cualquier posibilidad de contaminación transgénica.
  • El Decreto Supremo 181 (artículo 80) que estipula la prohibición de compra de alimentos genéticamente modificados en Compras Estatales y alimentación complementaria escolar.
  • La Ley de Derechos de la Madre Tierra que establece “el derecho a la preservación de la diferenciación y la variedad de los seres que componen la Madre Tierra, sin ser alterados genéticamente ni modificados en su estructura de manera artificial…”.
  • La Ley 144 de Revolución Productiva Comunitaria que resguarda especies de origen y diversidad nacional de cualquier posibilidad de contaminación transgénica, entre las que se encuentra maíz, algodón, entre muchas otras especies.
  • La Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien que en su Artículo 24 establece que, a través de una norma específica, se debe garantizar la implementación de las acciones necesarias para la eliminación gradual de cultivos de transgénicos autorizados en el país.
  • La Ley de Alimentación Escolar en el Marco de la Soberanía Alimentaria y la Economía Plural, que establece que “Queda prohibida la contratación de alimentos genéticamente modificados (transgénicos) para la Alimentación Complementaria Escolar”.

El cultivo de transgénicos demuestra un incremento permanente, y se visibilizan constantes aperturas de instancias de gobierno hacia las solicitudes del agro-negocio por incrementar su producción. En este sentido, observamos con preocupación cómo instituciones como, la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO), entre otras, en repetidas oportunidades solicitan a instancias de gobierno la liberalización para el uso de semillas genéticamente modificadas en la producción de soya, maíz y algodón.

En este marco nuestra inquietud se extiende más aún ya que si bien tenemos conocimiento de que la soya genéticamente modificada es el único producto transgénico autorizado de forma legal en el país, instancias del Estado han reportado la presencia de semilla de otras especies transgénicas diseminadas en territorio nacional (Algodón transgénico en el Municipio Pailón-Dirección General de Biodiversidad y Áreas Protegidas; maíz transgénico en el Chaco, muestras 2010). Situación ante lo cual no se evidencia acción alguna.

Queda demostrado que los cultivos transgénicos no resuelven el hambre del pueblo ya que sirven para apuntalar élites de poder que extranjerizan y acaparan tierras.

A esto se suma el incumplimiento de la normativa debido a que el decreto que permite la producción de soya RR, establece que se deben aplicar mecanismos para el control de la segregación, seguimiento ambiental, destino de la producción (exclusivamente para exportación), elemento que ha permitido que la soya transgénica incrementa su avance de forma constante.

Ya que queda demostrado que los cultivos transgénicos no resuelven el hambre del pueblo ya que sirven para apuntalar élites de poder que extranjerizan y acaparan tierras, son responsables de la perdida de agrobiodiversidad alimentaria, contaminación, inseguridad alimentaria, conflictos ambientales, territoriales y políticos.

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Que, como mujeres y madres vemos alarmadas como en los paquetes alimentarios (subsidio de lactancia, desayunos escolares) se distribuye productos elaborados en base a soya, pese a que representantes del sector aseguran que en un 100% ésta es transgénica.

Y siendo que, existen evidencias científicas que advierten riesgos de los productos transgénicos en la salud, cáncer, alergias, tumores, intoxicación por pesticidas, entre muchas otras, que continuamente son acalladas por las transnacionales que los promueven.

Manifestamos lo siguiente:

Solicitamos a las instancias competentes incluir a los consumidores en cualquier instancia de debate que involucre la alimentación. Por lo tanto, pedimos ser incorporados en la Cumbre Agropecuaria.

Declaramos de forma permanente nuestro total desacuerdo con la apertura a cualquier tipo de cultivo transgénico, incluyendo eventos de soya transgénica. Así mismo Solicitamos el cumplimiento de la normativa nacional con referencia a la reversión del cultivo de soya transgénica en el país (Ley 300).

Exigimos el resguardo del material genético agroalimentario nacional y de la Madre Tierra para las actuales y futuras generaciones, librándolos de cualquier riesgo de contaminación genética.

Exigimos que se aperture el debate sobre cultivos transgénicos a nivel nacional mediante Referendo, para que seamos los más de 10 millones de habitantes los que decidamos sobre el tipo de desarrollo que queremos.

Exigimos que se aperture el debate sobre cultivos transgénicos a nivel nacional mediante Referendo, para que seamos los más de 10 millones de habitantes los que decidamos sobre el tipo de desarrollo que queremos para el presente y futuro de la alimentación en nuestro país.

Pedimos acogernos al principio de precaución de forma real, ya que existen evidencias científicas de los daños que los transgénicos causan en salud, las cuales han servido para que varios países Europeos les hayan cerrado las puertas.

Demostramos nuestro total apoyo al planteamiento de las organizaciones que representan a la agricultura campesina, familiar, comunitaria y ecológica, ya que es la que realmente nos alimenta.

Solicitamos la aplicación de políticas integrales que impulsen las economías campesina, familiar, comunitaria y ecológica, con la finalidad de alcanzar la Soberanía Alimentaria Nacional.

Finalmente, nos constituimos como activas redes de control social y vigilancia del Derecho a la Alimentación Sana, la Soberanía Alimentaria y en contra de los transgénicos, en Bolivia.

“Por una Bolivia libre de transgénicos”