El Tribunal Internacional de Monsanto: Una Entrevista

Coline Charrasse | 10.13.2016

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Photo of Marie-Monique Robin (photo by Solène Charrasse)Los días 15 y 16 de octubre próximos tendrá lugar el Tribunal Internacional Monsanto en La Haya, Países Bajos. Apoyado por distintos miembros de la sociedad civil internacional y por una gran operación de crowdfunding-financiamiento colectivo. El tribunal reunirá cinco jueces internacionales que escucharán 30 testimonios y a expertos con el fin de evaluar los daños ambientales, sanitarios y humanos causados por Monsanto. El valor simbólico de este tribunal es que permitirá, ante todo, constituir una base jurídica de la que las poblaciones del mundo entero podrán inspirarse para emprender acciones contra Monsanto u otras empresas similares.

Tenemos la oportunidad de entrevistar a Marie-Monique Robin, la autora del libro y documental El Mundo Según Monsanto, quien nos explica los fundamentos y los objetivos de este tribunal muy particular del que ella respalda.

Food First: ¿Cómo les ocurrió la idea de organizar un tribunal contra Monsanto?

MMR: Todo empezó hace dos años cuando René Lehnherr y Esther Gerber, dos miembros del Foro Cívico Europeo, acudieron a mí con la idea de crear un tribunal contra Monsanto. Me propusieron ser la madrina de este tribunal y les puse en contacto con algunas personalidades de la sociedad civil internacional: Olivier De Schutter, el antiguo Relator de las Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación; Vandana Shiva, premio Nobel alternativo; Hans Herren, fundador de la Biovision; Corinne Lepage, antigua ministra del medioambiente, que ahora forman parte del comité de organización del tribunal.

La idea era realizar un tribunal original y diferente de los tribunales tradicionales, y de los tribunales Russel en particular, con verdaderos jueces, verdaderas víctimas y verdaderos expedientes jurídicos. Logramos reunir a siete jueces internacionales, cada uno representante de un continente distinto. Queríamos que fueran a la vez hombres y mujeres para simbolizar la paridad, y también que fueran jubilados porque si estuvieran en función sería más complicado para ellos participar a este tipo de tribunal simbólico. Finalmente, sólo cinco de ellos van a estar presentes ya que dos se enfermaron. Van a tener que responder a seis preguntas directivas, seis “términos de referencia” con el fin de estimar si Monsanto, a través de sus actividades, ha vulnerado distintos derechos o libertades, tales como el derecho a la alimentación o a un entorno saludable y sostenible, entre otras cosas.

Food First: ¿Cuáles son los principales objetivos del Tribunal?

MMR: Queremos hacer de Monsanto un símbolo, un emblema de una multinacional que contamina el ambiente, los ecosistemas, enferma a la gente o la mata simplemente. Entonces el primer objetivo es estimar los daños causados por Monsanto a través de los diferentes productos que ha creado desde su fundación, es decir desde el principio del siglo XX. Estos productos son conocidos: los PCB (policlorobifenilos), el agente naranja que era usado durante la guerra contra Vietnam, el Roundup o todos los herbicidas a base de mosquito-fumigaciones1-e1428891761306glifosato y los OGM (Órganos Genéticamente Modificados). La evaluación de los daños causados por Monsanto se realizará en función del derecho existente, fundamentándose en los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos, que fueron adoptados por la ONU en el 2011. Se tratará de un juicio civil, ya que es aún imposible perseguir una multinacional penalmente, ¡lo cual es un verdadero problema! Hoy si un agricultor se siente lesionado por las actividades de una empresa porque está enfermo, la única cosa que puede obtener si tiene la valentía de solicitar un juicio, de encontrar abogados, de encontrar dinero y de enfrentarse con Monsanto—cosa que es poco común ya que la gente generalmente no tiene los medios suficientes—es dinero en compensación. No se puede emprender acciones penales, es decir condenar y meter en la cárcel a los directores de las empresas por su responsabilidad en los daños que cometieron. Por el momento ninguna herramienta jurídica lo permite.

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Entonces el segundo objetivo de este tribunal es hacer que el derecho internacional evolucione hacia el reconocimiento de un nuevo crimen, una nueva figura penal que es el Ecocidio: el crimen contra los ecosistemas y el ambiente, un crimen que hoy aún no es reconocido. Los jueces van a tener que emitir un dictamen preguntándose: “Si el crimen de ecocidio existiera, ¿Monsanto podría ser responsabilizado de este tipo de crimen?” El hecho es que la Corte Penal Internacional de La Haya sólo enjuicia cuatro grandes crímenes: el crimen contra la humanidad, el crimen contra el genocidio, el crimen de agresión y el crimen de guerra. Nuestro objetivo es agregar el crimen de ecocidio como quinto crimen. Esto permitiría perseguir penalmente y eventualmente meter en la cárcel a los directores de las multinacionales que son culpables de este crimen. Hoy existe todo un movimiento planetario que defiende el reconocimiento del ecocidio, “End Ecocide on Earth” es probablemente una de las organizaciones más famosas.

La buena noticia es que la corte penal internacional recién afirmó que quería tener en cuenta los crímenes ambientales. Es la prueba de que las cosas están avanzando. ¿Y por qué? El siglo XXI está caracterizado por desafíos muy graves: el calentamiento climático, las amenazas a la biodiversidad – se habla de una 6ª extinción de las especies-, las poluciones de todo tipo que contaminan el agua, los suelos y el aire… y creemos que hay que encontrar una nueva herramienta jurídica que permita hacer frente a estos desafíos que ponen en peligro el futuro de la humanidad. Me gusta tomar el ejemplo de la Shoah, la exterminación de los judíos por los nazis: para enfrentar esta inmensa tragedia que mancha el siglo XX, los jueces del tribunal de Núremberg decidieron crear un nuevo crimen, el “crimen contra la humanidad”. Entonces hoy nos encontramos en una situación parecida ya que estamos enfrentando un gran desafío planetario y es preciso que el derecho evolucione para que podamos detener esta máquina de destrucción que está en marcha.

Food First: ¿Cómo va a desarrollarse el tribunal concretamente? ¿Quiénes van a ser las víctimas y los testimonios presentes?

p1020034-580x435MMR: El tribunal va a durar dos días. Pensamos que el Roundup y el glifosato—la molécula activa del Roundup—deberían tener un lugar importante en el juicio dado que es el herbicida más vendido del mundo y que es directamente vinculado a los OGM. Vamos a dedicar un día entero al glifosato y vendrán víctimas de este herbicida desde todas partes del mundo: Argentina, Sri Lanka, Estados Unidos… Va a estar por ejemplo Christine Sheppard, una productora de café en Hawái quien solía fumigar sus plantaciones con glifosato masivamente y quien luego fue diagnosticada con un linfoma no Hodgkin, un tipo de leucemia. Y como el centro internacional de investigaciones sobre el cáncer, que depende de la OMS, recién clasificó el glifosato como probable cancerígeno para el ser humano, C. Sheppard decidió poner una denuncia contra Monsanto. Va a venir acompañada de su abogado. Van a estar también expertos, científicos como por ejemplo Damián Verzeñassi, un profesor de salud socio-ambiental de la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario (Argentina) que va a dar testimonio del impacto sanitario de las fumigaciones de Roundup sobre los OGM en la Argentina, que es uno de los países más afectados y especialmente por su producción de soja transgénica. Entonces Damián va a comunicar las malformaciones congénitas, los canceres, la diabetes, las enfermedades respiratorias de los cuales son víctimas miles de argentinos que viven en los pueblos rodeados por campos fumigados con Roundup. Habrá una treintena de testimonios en total.

Food First: ¿Y qué esperan del tribunal en el futuro?

MMR: Hoy es muy difícil para las víctimas emprender un procedimiento judicial contra Monsanto, ¡y sobre todo porque no saben cómo proceder y contra quién actuar! Entonces esperamos que esto va a permitir proporcionar herramientas jurídicas que les permitirán tramitar juicios desde cualquier lugar.

Food First: ¿Qué opina de la reciente fusión entre Bayer y Monsanto? ¿Cree que esto podría constituir un obstáculo suplementario a los futuros procedimientos judiciales?

MMR: Yo hablo del “casamiento de los malvados”. Por supuesto, Monsanto es el malvado numero uno ya que es la empresa de semillas más importante del mundo, que posee patentes sobre los OGM; pero al mismo tiempo Bayer vende pesticidas, fertilizantes, ¡y medicamentos que curan a los campesinos que se enfermaron por culpa de sus productos! Entonces lo cierto es que va a convertirse en un enorme mastodonte que tendrá un poder tremendo, y en particular de lobby-poder de negociación en los gobiernos y en las agencias reguladoras, y los campesinos que van a formar parte de este sistema quedarán definitivamente atrapados por esta empresa enorme, ¡así que es preocupante! Pero todavía no es un hecho ya que las autoridades correspondientes en Europa y en los Estados Unidos tienen que aceptar esta fusión, y existen leyes antimonopolio muy importantes, especialmente en los Estados Unidos. De todas maneras la concentración en el sector ha avanzado: Syngeta, la multinacional suiza ya fue comprada por una empresa china; Dow Chemicals, competidor de Monsanto, se fusionó con Dupont… entonces está claro que se está desarrollando todo un proceso de concentración en el sector, lo cual es característico del capitalismo globalizado. El único modo de evitar esto es promover la agricultura orgánica en todas partes, alentando a los productores en un comercio equitativo y teniendo cuidado con los productos que consumimos.