Imprescindibles: Reforma Agraria, Agroecología y Soberanía Alimentaria

Leonor Hurtado | 09.07.2018

“La opción por la agroecología es también la opción por la soberanía alimentaria”, es una conclusión del artículo Agroecología en Guatemala: Un Hermoso y Contundente Elemento de Resistencia, escrito Pablo Sigüenza del Colectivo Ixim, y publicado en el libro PENSAR GUATEMALA DESDE LA RESISTENCIA editado por Prensa Comunitaria en junio de 2018 (https://comunitariapress.wordpress.com/).

Sigüenza cuestiona cómo el concepto “proteger el ambiente” se utiliza superficialmente y enfatiza que es necesario reconocer que para poder protegerlo se requiere cambiar el sistema de producción capitalista. Contextualiza que en Guatemala el capitalismo expolia los recursos naturales y explota la fuerza de trabajo, enriqueciendo a la clase dominante. Continúa diciendo que la mayoría de los habitantes del país vive opresiones diversas, siendo muy fuerte la discriminación, el racismo estructural y cotidiano. Estas características lo llevan a considera que es necesario recuperar la diversidad de pensamiento para transformar la forma de producción.

Diversificar el pensamiento, la economía y la política implica reconocer que las ciencias occidentales no toman en cuenta los saberes indígenas y campesinos, solamente priorizan maximizar las ganancias sin considerar la sostenibilidad de los ecosistemas. “Para Guatemala es imperativo ver en la ruralidad, en la vida campesina, en la cosmovisión indígena elementos centrales de un presente y un futuro sostenibles. Luego compara el paradigma del monocultivo con el paradigma de la milpa, el cultivo interdependiente de maíz, frijol y calabaza; afirmando que la Milpa es diversidad, comunión, solidaridad y diálogo de saberes.

Sigüenza describe varias experiencias agroecológicas exitosas desarrolladas en San Martín Jilotepeque, Chimaltenango; en San Agustín Aguascalientes, El Progreso; y San Jerónimo, Chiquimula; señalando que miles de campesinos y campesinas hacen agroecología en las montañas del país como forma de vida digna y forma de resistir a la imposición del sistema capitalista. El trabajo de campo observando prácticas agroecológicas le llevan a afirmar que: a) Quienes hacen agroecología tuvieron acceso a contactos o a una formación que valora las prácticas campesinas y las enriquece. b) El trabajo agroecológico es positivo y liberador porque se trabaja para sí, para la familia y la comunidad, no para un patrón. c) Quienes practican agroecología saben que es una tecnología adecuada, armónica con el ambiente y una forma de entender el mundo. d) La experimentación permanente es una característica de la agroecología y es lo que permite tener mejores y más diversificadas unidades de producción. e) Las prácticas agrícolas sustentables permiten que disminuya el intercambio desigual entre mercado capitalista y la unidad campesina, permitiendo mejores condiciones de vida para los productores agroecológicos.

Sigüenza concluye afirmando que, la agroecología por sí misma no es la solución definitiva, porque sin una reforma agraria la desigual tenencia de la tierra hace imposible el proyecto de sostenibilidad. Su llamado final es: “La reforma agraria, la agroecología y la soberanía alimentaria son propuestas imprescindibles e inseparables. Estamos a tiempo.”