Puede la agricultura urbana alimentar a las ciudades?
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Universidad de California, Berkeley
Centro LatinoAmericano de Investigaciones Agroecologicas (CELIA)
En el 2030 el 80% de la población mundial vivirá en ciudades, incluyendo el 56% de los mas pobres y el 20% de los malnutridos. Una ciudad de 10 millones de habitantes debe importar 6 mil toneladas de alimento por dia, que viajan en promedio 1500 kilometros. Las implicaciones ecológicas de dicho sistema alimentario en términos de uso de energía y emisiones de gases de invernadero son enormes y su vulnerabilidad es obvia si se produjera una interrupción importante de la distribución de alimentos si, por ejemplo, ocurriera un gran terremoto. Factores como fallas en la agricultura industrial por el cambio climatico, mayores costos de la energia, presion demografica por migraciones masivas y el control corporativo del sistema alimentario, auguran un aumento del precio de los alimentos y mayor escasez de estos en las grandes urbes.
Dado este escenario sombrío, la agricultura urbana (AU) se enarbola como una alternativa para mejorar la seguridad alimentaria en un planeta urbanizado. Se argumenta que la producción de frutas frescas, verduras y productos de origen animal en ciudades, puede mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición locales, especialmente en las comunidades marginadas. Aunque se ha estimado que la AU puede proporcionar entre el 15 y el 20% de los alimentos globales, una pregunta persiste: ¿qué nivel de autosuficiencia alimentaria pueden obtener las ciudades a través de la AU? Se calcula que para proporcionar 300 g / día per cápita de verduras frescas, 51 países tendrian un área urbana insuficiente para cumplir con este objetivo nutricional. Además, la AU requeriria que el 30% del área urbana estuviera disponible para satisfacer la demanda mundial de verduras, algo difícil dado los problemas de acceso a la tierra y al agua y a la expansión urbana.
Estudios sin embargo estiman que la AU puede suplir entre el 30 y hasta el 100% de la demanda de vegetales de varias ciudades. En Cleveland, Ohio (población de 400,000) tiene el potencial de satisfacer las necesidades de sus habitantes en un 100% hortalizas, 50% de carne y huevos de aves, y el 100% de miel. Estos datos fueron calculados para una temporada de 130 días, y para parcelas de 10 por 10 m que producen 6.2 kg de biomasa comestible fresca por m2 por año. Pero este potencial de rendimiento podría mejorarse dramáticamente si, por ejemplo, se aplicaran métodos agroecológicos bien probados y aplicados en Cuba,donde alrededor del 50% de los vegetales de la isla, y más 39 mil toneladas de carne y 216 millones de huevos, se producen en más de 300,000 granjas y jardines urbanos que alcanzan un rendimiento de 20 kg por m2 por año.
La ciudad de Oakland, California esta llena de desiertos alimentarios poblados por gente pobre y marginada, pero paradójicamente, esta ciudad posee 400 hectareas de espacios públicos abandonados o sin uso. Imaginemonos entonces escalonar una AU tipo cubana en esta ciudad y suponiendo que los agricultores capacitados alcanzaran 10 kg / m2 por ano, se podrían producir 40 mil tolenadas de hortalizas, suficiente para proveer todo el ano 100 kilos de alimentos sanos y locales a 100,000 habitantes. El secreto para alcanzar estos niveles de producción radica en el uso de prácticas agroecológicas de manejo que mejoran la salud del suelo y el uso de la diversificación con rotaciones y policultivos.
Para escalonar la AU se deben promover programas de investigación y extensión agroecológica que ayuden a los agricultores urbanos a optimizar el diseño y manejo de fincas urbanas. Tambien es importante superar una de los principales obstáculos que son el acceso a la tierra y el agua. Hay ciudades que poseen leyes e incentivos para estimular la AU, pero no abordan el problema detenencia de la tierra. Una posibilidad sería que las ciudades pongan a disposición de la UA terrenos públicos vacíos a través de arrendamientos multianuales a bajo costo y al mismo tiempo proporcionando tasas de descuento de agua para agricultores que usen prácticas de riego eficientes. O tal vez se pueda seguir el ejemplo de Rosario, Argentina, donde 1800 residentes practican la horticultura en 72 ha de tierra, algunas de las cuales son privadas, pero los propietarios reciben un recorte de impuestos por disponer sus tierras para la AU. Parte de los alimentos producidos (10 al 30% ) se podrían destinar a los mercados sociales (escuelas, hospitales, centros para personas mayores, y las poblaciones pobres) y el excedente venderlo en el mercado que privilegian la comercialización directa entre productos y consumidores, muchos de los cuales a través de la educación popular conocen de las contribuciones ecológicas, sociales y de salud publica de la UA.
Foto por Nick Normal (CC BY-NC-ND 2.0)
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